Despeje infrapolítico: La destrucción de la modernidad en la escritura de Rafael Sánchez Ferlosio
2022; Johns Hopkins University Press; Volume: 137; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1353/mln.2022.0028
ISSN1080-6598
Autores Tópico(s)Religious and Theological Studies
ResumoDespeje infrapolítico:La destrucción de la modernidad en la escritura de Rafael Sánchez Ferlosio Pedro A. Aguilera-Mellado La historia no tiene una caja negra en su olímpica nave. Rafael Sánchez Ferlosio, Mientras no cambien los dioses, nada habrá cambiado. En la actual precariedad del mundoes necesaria menos filosofía, pero unaatención mucho mayor al pensar,menos literatura, pero mucho mayorcuidado de la letra. Martin Heidegger, Carta sobre el Humanismo. En un artículo titulado "Ferlosio o la Gran Posmodernidad Española" aparecido en Revista Contexto Ctxt en junio de 2019, dos meses después de la muerte de Rafael Sánchez Ferlosio ocurrida el 1 de abril de ese mismo año, el filósofo argentino Santiago Gerchunoff comenta el modo en que la lectura de Mientras no cambien los dioses, nada habrá cambiado trastocó su visión del pensamiento español hasta entonces. Gerchunoff habla del hallazgo de una especie de animal doblemente extraño en Ferlosio: [End Page 260] Un pensador brillante, ingenioso, versátil, sin culpa, que al mismo tiempo era un pensador posmoderno que no era un charlatán, que tenía toda la razón, al que era casi imposible refutar o, por lo menos, no seguir hasta el final en sus intricados párrafos donde desarbolaba la metafísica con la que el humanismo moderno conquistó el mundo en los últimos cinco siglos (la cursiva es mía). (n. P.) Concuerdo con la cita salvo con la idea de que Ferlosio "tenía toda la razón," pues el trazo secreto de un leitmotiv en su escritura, si lo hubiera, sería la detección de toda forma de prejuicio y sinrazón, es decir, no tanto la búsqueda moderna del logós hegemonikós, de la razón total y final moderna, sino precisamente el desenmascaramiento de todo falso fundamento y acaso de la fundamentación misma de quien posee razón. Si Ferlosio en su escritura busca tener razón es, en la mayoría de los casos, para deshacer toda forma de prejuicio o falacia encubierta, sin contemplaciones y hasta llegar a la reducción al absurdo cuasi final en cada uno de los temas que aborda. Ferlosio prueba a lo largo y ancho de su escritura que no tiene sentido la nostalgia conservadora que se lamenta por haber perdido el verdadero amor, la verdadera amistad o el verdadero compromiso con la verdadera patria. Nostalgia que además asocia esa pérdida, sublimándola, a una noción peyorativa (valorativa en cualquier caso, no verdaderamente crítica) de "posmodernidad" como concepto epocal estancado. El olfato nietzscheano de Ferlosio no concede nunca el sostenimiento de fundamento o ídolo alguno, ni si quiera (y a diferencia de Nietzsche, por cierto) en el ídolo final de los finales del sujeto zaratrustriano. El problema no es, en cualquier caso, el pensamiento conservador que siempre pretende regresar al paraíso perdido y a hacer que todo tenga sentido de nuevo, sino la denominada izquierda moderna para la cual "lo posmoderno" también es un insulto. A esto contesta Gerchunoff que "la posmodernidad es nuestra condición en tanto en cuanto vivimos la modernidad misma consumándose" y "no se puede escapar a ella reconstruyendo viejos castillos a fuerza de espumarajos indignados por su incapacidad de comprender la complejidad del presente" (n.P.). Algunos de esos viejos castillos ya han sido nombrados: amor, amistad, compromiso o patria. Habría que añadir otros más recientes como cuerpo, afecto, agencia, visibilización o empoderamiento. Todos, en último caso y como tan acertadamente intuye Gerchunoff, giran en torno al árbol metafísico del humanismo moderno, del dios-sujeto, que conquistó el mundo en los últimos cinco siglos. Aquí llega la clave que nos ofrece Gerchunoff para seguir pensando tras su artículo: [End Page 261] La posmodernidad que es importante, operativa y de la que, de algún modo, casi todos participamos hoy señala en realidad nada más (ni nada menos) que, si la modernidad sólo consistiera en sustituir a Dios por el "el hombre," o la "providencia divina" por "la Razón humana...
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