Decreto de la Congregación para el Clero de 22-II-1991
2018; Universidad de Navarra, Servicio de Publicaciones; Volume: 31; Issue: 62 Linguagem: Espanhol
10.15581/016.31.18251
ISSN2254-6219
Autores Tópico(s)Finance, Taxation, and Governance
ResumoEs costumbre vigente en la Iglesia -como escribe Pablo VI en «Motu proprio~~ Firma in traditione-«que los fieles, impulsados por su sentido religioso y eclesial, quieran dar su aportación personal para una participación más activa en la celebración eucarística, contribuyendo así a las necesidades de la Iglesia y, sobre todo, al sustento de sus ministros» (AAS, Vol.66 [1974], pág.308).Antiguamente esta aportación consistía, ante todo, en dones naturales; en nuestros tiempos, ha llegado a ofrecerse casi exclusivamente en dinero.Pero las motivaciones y la fmalidad de las ofertas de los fieles han permanecido inmutables, y también el nuevo Código de Derecho Canónico las ha confirmado (cf.cánones 945, párrafo 1, y 946).Dado que la materia concierne directamente al augusto Sacramento, toda apariencia de lucro o simonía, por más pequeña que sea, causaría escándalo.De ahí que la Santa Sede haya seguido siempre con atención el desarrollo de esta piadosa tradición y haya intervenido oportunamente para promover su adaptación a las nuevas situaciones sociales y culturales, con el fin de prevenir o corregir, cuando fuera necesario, eventuales abusos referidos a tales adaptaciones (cf.cánones 947 y 1385).Ahora bien, muchos obispos en estos últimos tiempos se han dirigido a la Santa Sede pidiendo aclaraciones en relación con la celebración de santas misas por intenciones llamadas «colectivas», según una práctica bastante reciente.Es verdad que los fieles, sobre todo en las zonas más pobres, suelen llevar al sacerdote ofertas modestas, sin pedir expresamente que por cada una de ellas se celebre una misa conforme a una intención particular.En estos casos, es lícito unir las diversas ofertas para celebrar el número de santas misas que corresponda a los estipendios vigentes en la diócesis.Los fieles son libres de unir sus intenciones y sus ofertas para la celebración de una sola santa misa por sus intenciones.Muy diferente es el caso de aquellos sacerdotes que, recogiendo de los fieles estipendios destinados a la celebración de distintas santas misas con distintas intenciones particulares, las acumulan en una única oferta y las satisfacen con uria única misa, celebrada
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