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Patriotismo Constitucional Republicano (Republican Constitutional Patriotism)

2022; RELX Group (Netherlands); Linguagem: Espanhol

10.2139/ssrn.4195638

1556-5068

Amaury Reyes-Torres,

Political Theory and Democracy

Spanish Abstract: El patriotismo constitucional alude a la capacidad de forjar la unión y el compromiso de la comunidad en base a las disposiciones constitucionales para la creación de una identidad política para el beneficio de todos y todas y de las instituciones. Así, el patriotismo constitucionalmente adecuado o patriotismo constitucional es una de las concepciones que intenta explicar la vinculación en términos cívicos o cívicos republicanos, no así en términos orgánicos, biológicos o históricos. Aunque distintas objeciones y debilidades son imputables al patriotismo constitucional, este presenta una atractiva construcción teórica con fuertes implicaciones prácticas apropiadas en sistemas constitucionales que se inclinan a principios democráticos republicanos como en el caso de la República Dominicana. Pero, a su vez, implicaciones prácticas que pueden ser ajustadas a estados o comunidades constitucionales no-occidentales con principios estructurales que – aunque no sean asimilables a los democráticos y republicanos – si se pueden homologar o traducir.El patriotismo constitucional es, o puede, ser una alternativa al nacionalismo o patriotismo romántico (o de mala fe, como lo llama Simon Keller). Más que poner en alta las ansiedades sobre un presente futuro inexistente o remoto, pone el énfasis el amor y vinculación con las instituciones existentes para la libertad igualitaria y su preservación, a partir de allí la identidad que surge es política y es la que debe ser defendida. Por ello, contrario a lo que sostenes algunos críticos, el patriotismo republicano o el patriotismo constitucional toma en serio los temas de la libertad igualitaria, pero, también los temas de seguridad interna y externa, porque tiene que evitar y adelantarse, inteligente y estratégicamente hablando, para preservar los espacios y las oportunidades de todo aquel en la comunidad de gozar de la libertad igualitaria. En cuanto la ansiedad política y el miedo se apodera del corazón de los compatriotas, queda como presa fácil de la corrupción y de las actitudes desconfiadas hacia la democracia y los valores republicanos. Allí viene que se requiera una autoridad que se imponga y que fiscalice las formas de vida o de desarrollo personal de cada uno, porque intentan encontrar el sentido del caos a través de una profecía que el profeta reza con ansías para que se cumpla. En el contexto de los valores republicanos de una libertad igualitaria constitucionalmente adecuada permite a trasladar el enfoque hacia lo público y las instituciones, como una forma de desactivar la bomba de ansiedad y miedo realizado por los agitadores.Concebir nuestras relaciones sociales de en términos más realistas, es lo que distingue al patriota cívico republicano o el patriota constitucional de las demás formas de vinculación. Tanto el nacionalismo, sea liberal o religioso, fallan en estos porque no ponen el enfoque en el compromiso sociopolítico por la cosa pública y las instituciones para la permanencia de la libertad igualitaria. La continua nostalgia del nacionalismo, por ejemplo, mantiene el problema cultural o étnico abierto, colocándonos en un nivel de alerta constante que nos hacen desconfiar de los demás. Además, se vuelve tan compenetrado a emociones no concretas e ideas prefabricadas o imaginadas que comienza a ser una religión civil, en un dogma que nadie puede contestar, reflexionar o critica: “estás conmigo, o contra mí”.Claro, quizá la confianza nunca será plena en el otro, a veces no podemos soportar a otra persona, pero, allí está la diferencia en que se quiere el bienestar de aquella persona que nos incómoda y a veces es incómodo al proyecto republicano de nación. Las simples cargas o incomodidades no son suficientes para cerrar las puertas de la república al otro, porque a pesar de todo lo que nos une es la idea de la libertad igualitaria en instituciones constitucionales por las que debemos velar constantemente. Para que esto funcione, tiene que existe un amor que permita ir más allá, sin que nadie se quede afuera, de lo contrario, el mensaje es que no hay república sino nepotismo o corrupción, por ende, decadencia institucional en contra de la libertad. El lugar del patriotismo (constitucional) es este y nada más.El presente trabajo abordará, sucintamente, los orígenes del patriotismo constitucional y su construcción teórica práctica hasta la actualidad. A continuación, se examina los problemas de la Constitución frente a los nacionalismos y el patriotismo iliberal, tomando en cuenta la noción política de “Pueblo” y la Constitución material como base para la formación de la cohesión social. Una vez agotado esto, veremos si el patriotismo constitucional puede o no puede ser una alternativa al nacionalismo o patriotismo romántico. Finalmente, se presenta que solo un tipo de ciudadanía republicana puede florecer bajo el patriotismo constitucional y es aquella inspirada en el amor por el mundo. English Abstract: Constitutional patriotism refers to the ability to forge the union and commitment of the community based on the constitutional provisions for the creation of a political identity for the benefit of all and of the institutions. Thus, constitutionally adequate patriotism or constitutional patriotism is one of the conceptions that attempts to explain the connection in civic or republican civic terms, not in organic, biological or historical terms.Although different objections and weaknesses are attributable to constitutional patriotism, it presents an attractive theoretical construction with strong practical implications that are appropriate in constitutional systems that lean towards republican democratic principles, as in the case of the Dominican Republic. But, at the same time, practical implications that can be adjusted to non-Western constitutional states or communities with structural principles that – although not assimilable to the democratic and republican ones – can be homologated or translated.Constitutional patriotism is, or can be, an alternative to romantic (or bad faith, as Simon Keller calls it) nationalism or patriotism. Rather than raising anxieties about a non-existent or remote future present, it emphasizes love and connection with existing institutions for egalitarian freedom and its preservation, from there the identity that emerges is political and is what should be defended. Therefore, contrary to what some critics maintain, republican patriotism or constitutional patriotism takes seriously the issues of egalitarian freedom, but also the issues of internal and external security, because it has to avoid and anticipate, intelligently and strategically speaking , to preserve the spaces and opportunities for everyone in the community to enjoy equal freedom.As soon as political anxiety and fear take hold of the hearts of compatriots, they are easy prey for corruption and distrustful attitudes towards democracy and republican values. There it comes that an authority is required to impose itself and to supervise the ways of life or personal development of each one, because they try to find the meaning of chaos through a prophecy that the prophet longingly prays for its fulfillment. In the context of the republican values ​​of a constitutionally adequate egalitarian freedom, it allows to shift the focus towards the public and the institutions, as a way to deactivate the bomb of anxiety and fear carried out by the agitators.Conceiving our social relations in more realistic terms is what distinguishes the republican civic patriot or the constitutional patriot from other forms of bonding. Both nationalism, whether liberal or religious, fail in these because they do not focus on the sociopolitical commitment for public affairs and the institutions for the permanence of egalitarian freedom. The continuous nostalgia of nationalism, for example, keeps the cultural or ethnic problem open, placing us on a constant level of alert that makes us mistrust others. In addition, it becomes so involved in non-concrete emotions and prefabricated or imagined ideas that it begins to be a civil religion, in a dogma that no one can answer, reflect on or criticize: “you are with me, or against me”.Of course, perhaps trust will never be complete in the other, sometimes we cannot stand another person, but there is the difference in that we want the well-being of that person who makes us uncomfortable and sometimes is uncomfortable for the republican project of the nation. Simple burdens or inconveniences are not enough to close the doors of the republic to the other, because despite everything, what unites us is the idea of ​​equal freedom in constitutional institutions that we must constantly watch over. For this to work, there must be a love that allows us to go further, without anyone being left out, otherwise the message is that there is no republic but rather nepotism or corruption, therefore, institutional decadence against freedom. The place of (constitutional) patriotism is this and nothing more.This paper will succinctly address the origins of constitutional patriotism and its practical theoretical construction up to the present. Next, the problems of the Constitution in the face of nationalism and illiberal patriotism are examined, taking into account the political notion of "People" and the material Constitution as a basis for the formation of social cohesion. Once this is exhausted, we will see whether or not constitutional patriotism can be an alternative to nationalism or romantic patriotism. Finally, it is presented that only one type of republican citizenship can flourish under constitutional patriotism and that is inspired by love for the world.