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Canciones encadenadas en dos obras de calderón: Los tres afectos de amor y eco y narciso

2022; University of Northern Colorado; Volume: 38; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1353/cnf.2022.0042

2328-6962

María Asunción Flórez Asensio,

Historical and Literary Analyses

Canciones encadenadas en dos obras de calderón: Los tres afectos de amor y eco y narciso María Asunción Flórez Asensio Además de una importante forma de expresión durante el Siglo de Oro, las canciones también se convirtieron en elemento esencial del teatro. La música integrada en el espectáculo teatral contaba en España con una larga tradición desde la Edad Media; en el Renacimiento, debido fundamentalmente a que los primeros y principales dramaturgos (Juan del Encina y Lucas Fernández) eran también músicos, se convierte en parte integrante de un espectáculo que intenta desarrollar una acción dramática cohesionada. De hecho, las formas musicales (villancico y romance) empleadas por éstos y otros autores, e interpretadas por los propios actores, son un precedente del tipo de música y del uso de la misma que encontramos en las obras teatrales de finales del siglo XVI y primera mitad del XVII. Considerada por Lope una de las “tres cosas” —“platica, /verso dulce, armonía, o sea la música” (Arte 134, vv. 55–56)— que componen cualquier “imitación poética”, el dramaturgo madrileño contribuirá a la aparición de una música teatral hispana, que presenta diferencias respecto a la de otros países europeos. Se trata de una música esencialmente vocal, estrechamente ligada a la poesía culta y a la lírica popular. Desarrollada inicialmente en el ámbito cortesano como música de cámara, desde fechas tempranas estas canciones pasarán a formar parte de las obras teatrales representadas en los corrales públicos, que contribuyeron así de forma eficaz a su difusión.1 Hay, por tanto, una clara relación entre la música de cámara y la teatral (Flórez 20), e incluso un trasvase en ambos sentidos. Aunque no nos han llegado tonos de esta primera época escritos específicamente para obras teatrales, éstas corroboran cómo durante la primera mitad del siglo XVII la música teatral estará formada por canciones polifónicas cuyas melodías son o se inspiran en gran medida en temas populares o incluso popularizantes, reelaboradas polifónicamente por los músicos profesionales. Son canciones preexistentes2 que los dramaturgos adaptan —mediante ligeros cambios o literalmente— al argumento de la obra, de tal forma que parecen haber sido escritas expresamente para ella, pero aprovechando su poder evocador, ya que, posiblemente, se cantarían con sus melodías originales. En este sentido Lope —prolífico creador de canciones a las que pusieron música los principales compositores de la época— es un excelente representante de la tendencia que convirtió a la lírica musical de tipo popular3 “en uno de los elementos constitutivos de la comedia, del [End Page 153] auto sacramental y de algunas formas menores como el entremés, el baile y la mojiganga” (Frenk 2006a 93). También podríamos considerarle adalid en una técnica teatral-musical que permite encadenar canciones de diferente origen para crear escenas de gran dinamismo y complejidad musical. Es el caso de la danza cantada mediante la cual Finea revela su transformación en la tercera jornada de La dama boba (1613) (Flórez Asensio 363–366), y también la escena de la segunda jornada de El villano en su rincón (1611–1616), en la que unos campesinos un tanto idealizados cantan un romance muy conocido (“A caza va el caballero”), encadenado a un zéjel que culmina en otro romance (Marín Martínez 57–58). En ambos casos la música aparece plenamente integrada en las obras y tan relacionada con ellas que suprimirla afectaría a la parte en la que se inserta pues, además de por su valor expresivo, las canciones caracterizan el marco urbano y pastoril, respectivamente, y a los personajes a cuya situación o intenciones parecen aludir. Esta técnica fue aprovechada por Calderón, en cuyas obras la relación entre el contenido escénico y el musical se hace más estrecha al formar la música parte integrante de la trama. De hecho, en las dos obras que analizaremos el...