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Don Carlos el galán enamorado de Los empeños de una casa

2022; University of Northern Colorado; Volume: 38; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1353/cnf.2022.0046

2328-6962

Valentina Brancatelli,

Spanish Literature and Culture Studies

Don Carlos el galán enamorado de Los empeños de una casa Valentina Brancatelli Dentro del vasto repertorio de galanes que nos ofrece el teatro barroco, el grupo representado por los caballeros enamorados, leales y fieles a sus damas es reducido. Entre ellos, encontramos la figura de don Carlos de Olmedo, el galán enamorado de Los empeños de una casa, comedia escrita por Sor Juana Inés de la Cruz. Las características que configuran al personaje forjan a un galán atemporal, portavoz de un discurso innovador y sutil, emblema del hombre enamorado cuya actitud y pensamiento se alejan de los códigos de la época. Lejos de querer idealizar a la autora como dramaturgo, si creo que se trate de un galán idealizado cuyo dramatis personae Sor Juana construye basándose en esa serie de características sublimadas, que debería tener un caballero para distinguirse entre los demás hombres, cuya única cualidad que poseía era el apego al código de honor. La construcción del personaje está perfectamente pensada para aprovechar el poder del teatro y explotar el efecto que las palabras pueden ejercer sobre el espectador presente en el festejo teatral. En nuestro caso un público culto, compuesto por clero y nobles, ya que la comedia se representó como parte central de una fiesta barroca, un festejo teatral diseñado como un conjunto (Farré Vidal 57), organizada para homenajear a los virreyes, condes de Paredes y marqueses de la Laguna, y a la vez celebrar al nuevo arzobispo don Francisco de Aguiar y Seijas (García Valdés 53). Lo curioso, como senñala Hernández Araico es que las crónicas de la época no hablan de un festejo de tal envergadura y tal vez pudo ser representada algún año después, por ejemplo, en 1684, en el primer cumpleaños del primogénito de los marqueses y no en 1683, como se suele recordar (Hernández Araico 121). Haciendo hincapié en su popularidad, Sor Juana aprovecha la ocasión para lanzar un mensaje de esperanza y emplea al personaje del galaán fiel, honrado y confiado como medio para resaltar y escenificar delante del público varonil otra realidad, igual de válida a la que los rodea y sin duda menos conflictiva, demostrando que se puede ser buen galán y a la vez caballero honrado, amar y ser correspondido, sin la necesidad de apelar en cada momento a las leyes de honor, sembrar el miedo, la duda o engañar para conseguir el fin. Toda una serie de aspectos nada comunes en la Comedia Nueva, constelada de galanes firmemente convencidos de que las leyes de honor lo arreglan todo, de padres y maridos, [End Page 167] figurones, rufianes, caballeros sin escrúpulos, damas bobas, mujeres enrevesadas, pero también vengadoras y rebeldes, de criados y por supuesto del magnífico y extravagante mundo de los graciosos. Las tareas y quehaceres de cada uno de los personajes de la comedia, por buenas o malas que sean, tiene en común el amor, el grande motor de la acción. Las actuaciones de los actantes están marcadas por la búsqueda constante de esa dama, de ese amor, que en la inmensa mayoría de los casos es un sentimiento no correspondido, que persiguen y quieren obtener a toda costa y que los empuja a engañar, enredar y malmeter. Unos aspectos, que no caracterizan en absoluto al personaje de Don Carlos. Él ama a Leonor y es correspondido, por tanto, no va en busca del amor, sino más bien pronto tiene que lidiar con el enredo y el engaño de otros, los hermanos Ana y Pedro de Arellano que le quieren arrebatar su historia de amor. Los empeños de una casa es una irreverente comedia de enredo, formada por dos parejas de actantes opuestos. A pesar de su relación con la comedia calderoniana, titulada Los empeños de un acaso (Calderón), y a pesar de las recreaciones de algunas situaciones ambiguas que se repiten en ambas comedias, el juego de esconderse en la casa es uno de...