Artigo Revisado por pares

Nightmare: Yeguas en la noche

2023; University of Northern Colorado; Volume: 38; Issue: 2 Linguagem: Espanhol

10.1353/cnf.2023.a897608

ISSN

2328-6962

Autores

Graciella Aletta de Sylvas,

Tópico(s)

Latin American Literature Studies

Resumo

Nightmare:Yeguas en la noche Graciella Aletta de Sylvas Dormía profundamente una noche que quise creer era cualquier noche, parecida a tantas, atravesada en mi ancha cama, cuando algunos leves sonidos empezaron a inquietarme. No eran precisamente ruidos sino algo así como bisbiseos, cuchicheos, voces en sordina que murmuraban cada vez más cercanas. La yegua de la noche galopaba a mi alrededor con sus cascos dorados. Poco a poco sus ecos se fueron alejando y perdiendo en una especie de nube. Lentamente fui abriendo mis ojos a una suave claridad que inundaba la habitación y entonces me di cuenta que no estaba sola, una multitud de mujeres o a mí me parecieron muchas, rodeaban mi cama, se empujaban, peleaban por hablar, por llamar mi atención y eran todas hermosas, fuertes, animosas y aguerridas. Una vez que pude dominar mi sorpresa y, por qué no, las palpitaciones de mi corazón, me senté para intentar entender la situación. Como si se tratara de un pacto, el silencio fue inmediato y una de ellas se adelantó y empezó a hablar. Soy Gertrudis, dijo, quizás no me reconozca, le he dicho adiós a los rulos y a mis ojos bizcos, he encontrado la felicidad junto a mi fotógrafo con quien colaboro. He estudiado mucho, usted sabe que me gustaba leer, y a veces hago trabajos por mi cuenta. Después de mucho tiempo, alguno de mis hijos, no todos, han comprendido mi conducta y respetan mi decisión. Los abrazo con todo mi amor y deseo que sean felices como yo lo soy ahora: una mujer libre capaz de tomar mis propias decisiones. Vamos, vamos, tuviste una vida fácil. Yo Féry, Fermina transité una existencia realmente tormentosa. Cárcel, calle, hambre, sufrimientos, convento, engaños, el mismo infierno, eso sí, siempre rechacé prostituirme. Mis tres madres me protegieron, Egidia la que me recogió y fue mi madre de la villa, Maricruz quien me enseñó a leer y finalmente Leonor Galván la que me regaló una identidad ficticia que aún conservo y ostento. No dudé en urdir un plan para eliminar al pervertido de Terencio que se hacía pasar por otro, no me manché las manos solo lo conduje al sendero equivocado. Y aquí estoy donde siempre quise estar, rodeada de libros y de la familia que pude formar. Desde atrás se abrió paso una mujer muy elegante, parecía enojada e impaciente. Cómo se atreve esa escritora rosarina a contar mi vida sin origen conocido, los años de prostitución que debían quedar ocultos. Soy una persona pública, no puedo quedar expuesta así. Mi madre y yo pasamos muchos sufrimientos hasta que pudimos instalarnos en la calle Brenner. Ella fue mi guía, mi apoyo y juntas construimos una vida en compañía. Claro que contamos con ayuda, principalmente del señor Uristaraín quien colaboró para [End Page 230] que pudiéramos a salir a flote. Después todo fue más fácil. Yo, Alaide, guardo mis secretos, no voy a relatar la historia del cuadro, ese episodio de mi vida quedará sin revelarse para siempre, así lo he decidido. La Joven Rebelde se hizo lugar a los codazos entre tantas mujeres y consiguió hacerse oír. Maduré, de golpe, gritó, nunca pensé que pudiera hacerlo. En un instante supe lo que tenía que hacer, busqué el pesado revólver, me acerqué, abrí muy despacio la puerta y vi a mi madre en extremo peligro, un hombre la apuntaba y estaba a punto de matarla. Fijé mi posición, apunté y lo maté de un solo disparo. No me arrepentí, supe que había hecho lo correcto. Este acto no tuvo consecuencias en mi conciencia, pero sí en mi vida privada, mi madre aceptó a mi estudiante de medicina, Ernesto, le abrió las puertas de nuestra casa y de mi futuro. Loliloli, aunque a ella no le guste el nombre, se acercó despacito desde el fondo de la habitación. La mujer del río que era su amigo, su amante, su confidente, abrazó a la Joven con emoción. Yo lo...

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