Forgotten Voices: Cuba at War
2024; University of Pittsburgh Press; Volume: 53; Issue: 1 Linguagem: Espanhol
10.1353/cub.2024.a930646
ISSN1548-2464
Tópico(s)Cuban History and Society
ResumoRESUMEN: Al crecer entre cubanos de generaciones anteriores, muchos de nosotros no pudimos evitar la proverbial frase " más se perdió en la guerra ". Ya sea en respuesta a la caída accidental de la porcelana más preciada en el suelo de la cocina o al desempeño mediocre de un niño en un examen en la escuela, nuestras abuelas y tía-abuelas especialmente parecían encontrar consuelo en la comparación de decepciones relativamente menores con las profundas cicatrices sufridas cuando Cuba había estado en guerra. Sin duda, cuatro siglos de esclavitud, tres luchas independentistas contra España, intervenciones militares de Estados Unidos e innumerables protestas armadas para derrocar o transformar gobiernos no representativos, dejaron recuerdos imborrables de dolor y una sed de justicia política cuyo legado perdura. Después de más de dos años de aislamiento impuesto por la pandemia y de una innumerable serie de crisis que han ido engullendo a la isla de Cuba, compartimos esta pequeña colección de diez documentos inéditos y prácticamente desconocidos procedentes de dos de las colecciones de archivos y manuscritos más importantes de Cuba. Leídas en conjunto, estas voces olvidadas y poco escuchadas abarcan las múltiples formas en que la guerra, el militarismo y la violencia sumergieron las esperanzas e identidades individuales de los cubanos en la búsqueda colectiva de la salvación y en lo que podría llamarse "la tarea generacional de salvar al mundo salvando a la nación". A continuación se presentan ejemplos sorprendentes de cartas que ciudadanos anónimos escribieron al legendario general cubano Máximo Gómez, así como los escritos y la correspondencia personal que recibieron varias grandes patriotas femeninas como "la Cubanita" Ritica Suárez del Villar y Suárez del Villar (1862–1961), María Cabrales Viuda de Maceo (1842–1905) y "La Delegada" Magdalena Peñarredonda (1846–1937), capitana del Ejército Libertador de Cuba a la que José Martí designó para representar al Partido Revolucionario Cubano en la crucial provincia de Pinar del Río, así como operativa estratégica y amiga personal del general Antonio Maceo. En conjunto, estos documentos revelan no solo una politización integral que a algunos les puede resultar sorprendente, sino un sentido explícito de orgullo e igualdad de género ya alcanzado en la camaradería de la crisis, el activismo y la guerra. Aunque predominantemente extraídos del ciclo de luchas y traumas producidos durante la última Guerra de Independencia de Cuba en 1895 y la posterior ocupación militar de los Estados Unidos (1898–1902), también hemos incluido tres impactantes documentos de la colección personal de Ofelia Domínguez Navarro, militante del Partido Comunista y abogada de Cienfuegos conocida por su trabajo en favor de los derechos de la mujer y su elección para la Convención Constitucional de Cuba de 1940. Aunque se hizo famosa por su temprano activismo y persecución en la lucha para derrocar al presidente convertido en dictador de Cuba, Gerardo Machado, el período de tres años de Domínguez Navarro como Ministra de Propaganda de Fulgencio Batista durante la única presidencia elegida de Batista (1940–1944) ha sido borrado casi por completo de la historia. A partir de 1941, cuando Cuba se unió a las potencias aliadas para luchar contra los nazis y los japoneses, ningún soldado sirvió en ningún frente. Sin embargo, Domínguez Navarro no solo supervisó la organización y el entrenamiento de un cuerpo de Defensa Civil, sino que emitió programas de radio semanales en los que detallaba la naturaleza de las políticas genocidas del Tercer Reich y la amenaza radical que representaba el fascismo en este hemisferio. Uno de los aspectos más destacados de esta selección de documentos es un cartel diseñado bajo la supervisión de Domínguez Navarro que atribuye vínculos históricos directos entre la visión antirracista, antiimperialista y democrática de la nación que los cubanos abrazaron durante sus guerras de independencia del siglo XIX y el tipo de apoyo, incondicional a la causa aliada, necesario para derrotar al totalitarismo moderno. Hoy en día, pocos historiadores de Cuba discutirían los pronunciados cambios en las narrativas antes aceptadas que han marcado las últimas décadas en nuestro campo. Sorprendentes descubrimientos de nuevos conocimientos y audaces interpretaciones de archivos ocultos han abierto y, en ocasiones, derribado antiguos tabúes. Tal vez no se hayan producido mayores avances en la historiografía de Cuba que los relacionados con la centralidad, la agencia, el liderazgo, las contribuciones intelectuales, la resistencia y la represión de los cubanos negros, los esclavizados y otros afrodescendientes. Sorprendentemente, la experiencia de las mujeres cubanas, sea cual sea su clase, identidad racial o herencia, sigue siendo menos examinada, subsumida —algunos podrían argumentar— en la a menudo gargantuesca tarea de simplemente obtener acceso en Cuba a cualquier archivo o colección de fuentes primarias de la biblioteca. Esto es especialmente cierto cuando se trata de ciertos períodos de la historia, como de los años 30 a los 50, por no hablar de temas clave, como la historia poscomunista de Cuba de la reforma agraria, las relaciones industriales, el uso punitivo de los campos de trabajo, las confiscaciones de propiedades y similares. Por esta razón, a menudo es tan desafiante como tentador encontrar voces inesperadas del pasado que hablan de forma tan familiar como exótica y desconocida. Esperamos que este dossier de Voces Olvidadas inspire a los lectores a examinar más a fondo la fe incesante en la capacidad de Cuba para corregir los fallos del pasado y el optimismo permanente, incluso implacable, en el futuro que evocan sus palabras. ABSTRACT: Growing up among Cubans of older generations, many of us could not escape the proverbial phrase más se perdió en la Guerra (far more was lost in the war). Whether responding to the accidental crash of cherished porcelain on the kitchen floor or a child's lackluster performance on an exam at school, our abuelas and tía-abuelas especially seemed to find solace in comparing relatively minor disappointments with the profound scars suffered when Cuba had been at war. No doubt four centuries of slavery, three independence struggles against Spain, US military interventions, and countless armed protests intended to topple or transform nonrepresentative governments left indelible memories of pain and a thirst for political justice, the legacies of which live on. In the wake of more than two years of pandemic-imposed isolation and an innumerable array of crises that have steadily come to engulf the island of Cuba, we share this small collection of ten previously unpublished and virtually unknown documents from two of Cuba's most important archival and manuscript collections. Read together, these forgotten, seldom-heard voices encompass the many ways war, militarism, and violence immersed Cubans' individual hopes and identities in the collective search for salvation and what one might call "the generational task of saving the world by saving the nation." Below follow startling examples of letters that anonymous citizens wrote to Cuba's legendary general Máximo Gómez as well as the writings and personal correspondence received by several great female patriots like "la Cubanita," Ritica Suárez del Villar y Suárez del Villar (1862–1961), María Cabrales Viuda de Maceo (1842–1905) and "La Delegada" Magdalena Peñarredonda (1846–1937), captain of the Liberating Army of Cuba whom José Martí appointed to represent the Partido Revolucionario Cubano in the pivotal province of Pinar del Río as well as the strategic operative and personal friend of General Antonio Maceo. Together these documents reveal not only an all-encompassing politicization that some may find surprising but an explicit sense of pride and gender equality already achieved in the camaraderie of crisis, activism, and war. Although predominantly drawn from the cycle of struggle and trauma produced during Cuba's last War for Independence in 1895 and the subsequent US military occupation (1898–1902), we have also included three striking documents from the personal collection of Ofelia Domínguez Navarro, a Communist Party militant and lawyer from Cienfuegos known for her work on behalf of women's rights and her election to Cuba's 1940 Constitutional Convention. Although made famous by her early activism and persecution in the fight to oust Cuba's president-turned-dictator Gerardo Machado, Domínguez Navarro's three-year-stint as Fulgencio Batista's minister of propaganda during Batista's only elected presidency (1940–1944) is almost entirely erased from history. From 1941, when Cuba joined the Allied powers to fight the Nazis and Japanese, no soldiers ever served in any front. However, Domínguez Navarro not only oversaw the organization and training of a Civil Defense corps; she also broadcast weekly radio shows detailing the nature of the Third Reich's genocidal policies and the radical threat that fascism represented in this hemisphere. One of the highlights of this selection of documents is a poster designed under Domínguez Navarro's watch that ascribes direct historical links between the anti-racist, anti-imperialist, and democratic vision of nation Cubans espoused during their nineteenth-century independence wars and the kind of unconditional support for the Allied cause needed to defeat modern-day totalitarianism. Today, few historians of Cuba would dispute the pronounced shifts in once-accepted narratives that have marked the past few decades in our field. Astonishing discoveries of new knowledge and bold interpretations of hidden archives have cracked open and sometimes demolished long-standing taboos. Perhaps no greater strides have been made in the historiography of Cuba than those related to the centrality, agency, leadership, intellectual contributions, resistance, and repression of Black Cubans, the enslaved and others of African descent. Remarkably, female Cubans' experience, whatever their class, racial identity, or heritage, remains less examined, subsumed—some might argue—into the often gargantuan task of simply gaining access in Cuba to any archives or library's primary source collections. This is especially true when it comes to certain periods of history, such as the 1930s to the 1950s, let alone key topics, such as Cuba's postcommunist history of agrarian reform, industrial relations, punitive use of labor camps, property confiscations, and the like. For this reason, it is often as challenging as it is tantalizing to encounter unexpected voices from the past that speak in ways that are familiar while also exotic and unknown. We hope that this dossier of Forgotten Voices inspires readers to examine further the unceasing faith in Cuba's ability to correct the failings of the past and abiding— even relentless—optimism in the future that their words evoke.
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