El terremoto chileno de 2010 y sus lecciones
2010; Issue: 163 Linguagem: Espanhol
ISSN
2445-2475
Autores Tópico(s)Geological and Tectonic Studies in Latin America
ResumoEl objetivo de estas l?neas es ilustrar sobre un problema que, en sus consecuencias y ense?anzas, desborda los l?mites del te rritorio chileno, pues muchas de ellas son extensibles a cualquier gran cat?strofe tel?rica, pla netaria o derivada de actos de guerra o terrorismo, y se encuentran, adem?s, directamente relacionadas con la ingenier?a. En las sociedades tecnol?gicas avanzadas existe un riesgo derivado de un exceso de confianza en las nuevas tecnolog?as disponibles. La mentalidad cortoplacista imperante lleva tambi?n a una p?rdida de sensibilidad frente a los riesgos de cat?strofes a largo plazo, dif?ciles de predecir pero de incidencia casi segu ra. Por ?ltimo, algunas de las conclusiones que pueden sacarse son aplicables a otras situaciones catastr?ficas pr?cticamente permanentes derivadas de la pobreza extrema de algunos pa?ses. He sido testigo cercano del megaterremoto que afect? a la regi?n central de Chile el s?bado 27 de fe brero de 2010.Yo me encontraba en el extremo nor occidental de la isla de Chilo?, 350 kil?metros al sur de las primeras ?reas da?adas de una zona afectada que abarc? toda la zona central de Chile en una longitud de 700 kil?metros. Con epicentro en el Pac?fico, muy cerca de la costa, frente a la ciudad de Constituci?n, este terremoto ha sido catalogado como el quinto m?s potente del registro hist?rico, con una medici?n de 8,8 en la escala de Richter. La ruptura que le dio ori gen, en la interfase de la placa tect?nica de Nazca (Pa c?fico suroriental) con la placa sudamericana, alcanz? una longitud de unos 500 kil?metros y la duraci?n de los movimientos tel?ricos fue de casi tres minutos, con numerosas r?plicas de 5-6 en la escala de Richter que semanas despu?s del terremoto inicial siguieron pro duci?ndose dentro de la zona afectada, agravando con ello la situaci?n. El terremoto se produjo a las 3.38, en plena ma drugada, un momento en el que la sociedad chilena no estaba en situaci?n de alerta ni preparada para dar respuestas inmediatas. En pocos segundos se genera ron la mayor parte de los da?os en tierra firme. En menos de una hora se produjeron una parte impor tante de los da?os en la costa, producidos por un tsu nami atipico, en cuanto a que no llegaba en direc ci?n perpendicular al litoral, sino a lo largo del mismo y procedente de un epicentro muy cercano. Pasaron dos horas hasta que el tsunami lleg? a la isla de Juan Fern?ndez, donde tambi?n caus? unas v?cti mas que podr?an haberse evitado si los dispositivos de alerta temprana hubieran funcionado con algo m?s de rapidez, pero eran momentos de gran confu si?n. Un tsunami d?bil alcanz? la costa noroeste de Chilo?, donde vivo, a lo largo de la ma?ana siguien te. Notamos tres movimientos de descenso y poste rior ascenso del nivel del mar en la caleta de Pu?i huil, pero eran de poca intensidad y no tuvieron consecuencias. Como consecuencia inmediata del terremoto, se produjo un apag?n el?ctrico que afect? a todo el pa?s. La causa estuvo en los da?os generalizados en la red de distribuci?n, que provocaron un colapso en el sis tema el?ctrico interconectado de Chile y, con ?l, en el sistema de comunicaciones radiotelef?nicas y la distri buci?n de agua potable en ?reas urbanas. Poco a poco fue retornando la energ?a el?ctrica; a Chilo? lleg? a las doce horas del se?smo, pero a las zonas urbanas m?s afectadas no lo hizo hasta que transcurrieron varios ?as, y en algunos casos semanas. Impresiona darse cuenta de la medida en que nuestras sociedades tec nol?gicas avanzadas dependen de la energ?a el?ctrica. Es el caso de la telefon?a m?vil, en la que estamos ba ando buena parte de nuestro sistema de comunica ciones, as? como de las emisoras de radio y televisi?n. Nada de esto funcion? hasta al menos cuatro o cinco horas despu?s del terremoto, y aun entonces lo hizo de forma muy limitada, lo que ralentiz? mucho la toma de conciencia por parte de las autoridades de la magnitud de la cat?strofe. Algunas emisoras superaron estas circunstancias improvisando sistemas de emer gencia. En mi caso, obtuve informaci?n temprana del terremoto, a las siete de la ma?ana, a trav?s de Radio Reloncav?, una emisora situada en la ciudad de Puer to Montt, fiiera de la zona catastr?fica, que haciendo uso de un grupo electr?geno estaba transmitiendo con baja intensidad en onda media. Pero hab?a que te ner una radio de pilas para escucharla, cosa que, sor prendentemente, hoy no es ya frecuente. Chile es un pa?s de cuatro mil kil?metros de largo y s?lo doscientos kil?metros de ancho, cruzado por al gunos r?os caudalosos que bajan desde la cordillera de los Andes hasta el mar, con una autov?a longitudinal que es el eje de las comunicaciones terrestres, la ruta 5. Su piso de asfalto resisti? bastante bien el terremoto, no as? algunos de los puentes sobre r?os, que todav?a hoy mantienen incomunicadas a las dos mitades de las ciu dades que antes un?an. Fallaron tambi?n bastantes de los pasos elevados sobre la ruta 5 por los que cruza el tr?fico local, que cayeron sobre ella bloqueando en muchos puntos las comunicaciones por carretera. Esto dificult? bastante en los primeros d?as despu?s del te rremoto el acceso de ayuda y de las unidades del ej?r cito a las regiones m?s afectadas. Por lo que respecta al tr?fico a?reo, la mayor?a de las pistas de los aeropuertos guantaron el impacto s?smico, no as? las terminales de pasajeros, en particular la del Aeropuerto Internacional de Santiago, que, aunque no sufri? da?os estructurales, s? el desplome de todos los falsos techos y tabiques, conductos de aire acondicionado, etc., obligando a mantener cerrado este aeropuerto y el tr?fico interna cional de pasajeros durante varios d?as. En un pa?s donde el agua abunda, una buena parte de la poblaci?n de las ?reas urbanas afectadas por el te rremoto lleg? a estar atormentada por la sed. Ello fue consecuencia de que gran parte de las redes de distri buci?n de agua potable estaba movida por energ?a el?c trica. En cuanto a la distribuci?n de alimentos en las ?reas urbanas afectadas, tambi?n se sufrieron carencias importantes. Desaparecido nace tiempo en muchas de las el sistema tradicional de distribuci?n capilar, basado en peque?as tiendas con stocks relativamente sobredi mensionados, hoy la may or parte de los suministros de alimentos est?n gestionado > por la gran distribuci?n y las cadenas de hipermercados y supermercados, con cir cuitos log?sticos muy opt imizados donde impera el just in time. El fallo en el transporte por carretera produjo de inmediato una situaci?n de desabastecimiento.
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