Traiciones y pasiones

2006; Issue: 113 Linguagem: Espanhol

ISSN

2445-2475

Autores

Antonio Gnoli, Franco Volpi,

Tópico(s)

Religious and Theological Studies

Resumo

Parece la guerra de los Rose, pero reescrita en una escenografia alemana, vagamente campesina. Ella le da un hijo que sabe ilegitimo, el le pone los cuernos con cierto fastidio. Ella es Elfride, hija de un oficial del ejercito leal a los principios protestan tes. El es Martin, hijo del sacristan de Messkirch. Ella, a pesar de las rencillas conyugales, continuara estando presen te en su vida hasta que la muerte no los separe. El continuara tratandola corno el punto de referencia familiar: la mujer fuerte, valerosa, aquella a la cual dirigirse en las horas dificiles. Sin embargo, bajo el velo de seve ra respetabilidad que protegia a uno de los mas grandes filosofos del si glo XX y a su esposa, hoy pueden co nocerse las impaciencias y las amargu ras de ella; las traiciones de el. Terrible, corno a veces, en su imprevisibilidad, suele ser la vida. En resumidas cuentas, nadie se habria imaginado que las car tas de Heidegger a su esposa, apareci das hace muy poco en Alemania, abri rian una elocuente rasgadura sobre la vida privada y los amores inconteni bles del maestro aleman. Se sabia que Heidegger no era in sensible al encanto femenino. Cuando menos esta alli para demostrarlo la atormentada historia de amor con su discipula mas famosa, Hannah Arendt, con quien en el curso de su vida cru zara numerosas y apasionadas cartas (mas tarde publicadas). Pero nadie ha bia esperado que la inclinacion a los amores clandestinos del mas renom brado filosofo del siglo XX fuese tan pronunciada y extendida. Son cartas sorprendentes, reunidas y comentadas por Gertrud Heidegger, nieta del filosofo. De la corresponden cia han sido escogidas las cartas mas importantes de el y excluidas, casi del todo, las de ella. Se trata, en conjunto, de un miliar de cartas que Elfride ha bia guardado con esmero en un cofre cito cerrado con Have y dado en cus todia a la nieta, en 1977, con el encar go de hacerlas publicas solo despues de su muerte (Martin Heidegger mu rio en 1976; su esposa, en 1992). Pue de parecer extrano que el paquete de cartas haya sido confiado a una nieta y no al hijo, corno seria mas naturai. Puede conjeturarse que Elfride queria tener la absoluta certeza de su publica cion. Pero junto con elio debemos preguntarnos si con ese gesto no pre tendia consumar una sutil venganza postuma en contra del celebre e infiel marido. Como quiera que sea, hay aqui bastante para arrojar una sonda en aquel «hoyo negro» que fue la vida conyugal y sentimental de Heidegger. Desde que conocio a Elfride —es tudiante de economia que, fascinada, frecuentaba sus leccionesMartin co menzo a comunicarle sus pensamientos

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